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Cuidados naturales para la pre-diabetes y diabetes
Tiempo de lectura: 11 minutos
Aquí aprenderás:
- 1. ¿Por qué ocurren?
- 2. Tipos de diabetes
- 3. Síntomas
- 4. ¿Cómo prevenir y tratar naturalmente?
La diabetes y prediabetes son enfermedades que se caracterizan porque la sangre presenta valores altos de azúcar (también llamada glucosa) de manera persistente. Para entender cuáles son las causas de esta enfermedad, debemos primero entender el proceso con el que el cuerpo transforma en energía el alimento que consumimos.
¿Por qué ocurren?
La mayoría de lo que comemos, en particular los carbohidratos, se convierten en azúcar. Cuando la glucosa entra en el torrente sanguíneo, el páncreas libera una hormona llamada insulina. Esta hormona es como una llave que abre la puerta para que el azúcar entre a las células musculares, las células grasas o las del hígado. De esta manera la glucosa puede entrar a las células para ser usada o almacenada como fuente de energía.
Si tienes diabetes, puede ser que tu páncreas no esté liberando suficiente insulina, que la que se produce no puede ser utilizada, o ambas. Esto hace que haya demasiada glucosa en tu sangre. Por otra parte, si tu médico te ha diagnosticado prediabetes, lo que ocurre es que los receptores de las células (las cerraduras en nuestro ejemplo) no responden a la insulina, con lo cual se necesitan niveles altos de esta hormona para que el azúcar entre a las células. Con el transcurso del tiempo, las células del páncreas no pueden producir tanta insulina como se requiere y se aumenta el riesgo de sufrir diabetes tipo 2 (te contamos a continuación lo que eso significa).
Tipos de diabetes:
Existen tres tipos de diabetes que se clasifican según sus causas.
Tipo 1: Es causada porque el sistema inmune genera una respuesta que destruye las células del páncreas que producen la insulina. Por tanto, el azúcar no puede entrar en las células y provoca altos niveles de azúcar en la sangre. También se conoce como diabetes insulinodependiente, lo cual significa que es necesario inyectarse insulina. Este tipo de diabetes se diagnostica principalmente en niños y adolescentes [1].
Tipo 2: Ocurre porque las células del páncreas no producen suficiente insulina y, al mismo tiempo, los receptores de insulina (las cerraduras), no responden a esta hormona impidiendo la entrada de la glucosa a las células. Es el tipo de diabetes más frecuente y representa aproximadamente el 90 % de todos los casos de diabetes. También es llamada diabetes no insulinodependiente, es decir, que no requiere inyectarse insulina [2], [3], [4].
Diabetes gestacional: Ocurre cuando se tiene por primera vez niveles elevados de azúcar en la sangre sin alcanzar los valores de la diabetes (100 y 125 mg/dL) durante el embarazo. Generalmente desaparece cuando nace el bebé, pero las mujeres y los bebés tienen más posibilidades de sufrir posteriormente diabetes tipo 2.
Síntomas.
Los altos niveles de azúcar en la sangre pueden producir visión borrosa, sed excesiva, fatiga, orina frecuente, irritabilidad, hambre y pérdida de peso.
A largo plazo, la diabetes puede producir:
- • Entumecimiento de manos y pies.
- • Debilidad, dolor en las pantorrillas para caminar, ardor y/o punzones en las piernas.
- • Sofocos o golpes de calor.
- • Problemas oftalmológicos.
- • Ansiedad, angustia, depresión [5].
- • Fatiga.
- • Alteración y deterioro del sueño [5].
- • Pérdida de masa muscular.
- • Problemas gastrointestinales.
Complicaciones de la diabetes:
Las personas con diabetes tipo 1 o 2 pueden sufrir varias complicaciones relacionadas con los vasos sanguíneos como enfermedades cardiovasculares, daño en los nervios de los pies y úlceras y daño en los vasos sanguíneos de la retina [6].
¿Cómo prevenir y tratar naturalmente?
Hay varios factores como la edad, el sexo, la raza y factores genéticos que pueden predisponer a tu cuerpo a sufrir diabetes.También hay factores relacionados con el estilo de vida sobre los que puedes actuar si ya has sido diagnosticado o si sufres prediabetes.
Hacer ejercicio
Para prevenir la diabetes se recomienda hacer dos horas y media de ejercicio o actividad física aeróbica moderada a la semana (nadar, montar en bicicleta, trotar, entre otros). Intentar también no dejar pasar más de dos días sin hacer ejercicio[7].
Un estudio demostró que aumentar la actividad física y perder peso, disminuye el 58 % del riesgo de diabetes tipo 2 en adultos con prediabetes. Además, el ejercicio protege el sistema cardiovascular, respiratorio, mejora la composición corporal, mantiene estables los niveles de azúcar y grasas en la sangre [8].
La obesidad y el sedentarismo generan resistencia a la insulina pues la grasa almacenada contrarresta la acción de la insulina o dificulta su acción, impidiendo que la glucosa entre a las células. En un estudio realizado durante 10 años con más de 1.000 participantes, se encontró una correlación entre las horas que pasaban las personas viendo televisión y el riesgo de tener diabetes tipo 2. Esto se debe a que las personas que más veían televisión tenían más riesgo de aumentar de peso y de generar resistencia a la insulina pues, al utilizar menos energía, utilizan menos el azúcar como combustible. Además, tendían a comer más carnes procesadas, carnes rojas, snacks, harinas refinadas, dulces y menos vegetales, frutas y granos integrales lo cual incrementa el riesgo de diabetes tipo 2 [9].
Una alimentación saludable
Disminuye el consumo de alimentos como las carnes frías, empacados, salsas, productos lácteos, azúcares, harinas refinadas (pan blanco, galletas, pasteles, harina de trigo blanca), bebidas azucaradas y gaseosas. Estos alimentos tienen un alto contenido de glucosa y por lo tanto elevan los niveles de azúcar en la sangre abruptamente, desequilibran el sistema hormonal y favorecen la ganancia de peso corporal.
Además, un estudio encontró que el consumo de edulcorantes artificiales (sucralosa, aspartame, sacarina) aumenta el riesgo de sufrir diabetes tipo 2 ya que favorece el desarrollo de intolerancia a la glucosa al alterar la microbiota intestinal [11].
Por su parte los alimentos de origen animal (pollo, carne, queso, pescado, huevos) cuando se someten al calor (asar, al horno, brasa, grill, freír) producen una gran cantidad de toxinas llamadas glicotoxinas. Según algunos estudios científicos, las glicotoxinas producen moléculas que dañan las células de los vasos sanguíneos, favorecen la inflamación y la resistencia a la insulina. Si vas a consumir estos alimentos prefiere siempre el cocinado húmedo (al vapor, hervir, cocer a fuego lento) [12].
Por su parte, los alimentos de origen vegetal tienen menor contenido de glicotoxinas, incluso después de cocinarlos. Incluye frutas (arándanos, frambuesa, limón, melón, mora, ciruela, fresa, kiwi, manzana, pera, piña), verduras, raíces y tubérculos (papa, yuca, ñame), cereales integrales (maíz, cebada, arroz integral, avena, germen de trigo), legumbres (frijoles, lentejas, garbanzos, soya, cous-cous), frutos secos (maní, nueces, almendras) y semillas (chía, ajonjolí, girasol) [12], [13].
Evitar el consumo de cigarrillos.
Se ha demostrado que fumar aumenta el riesgo de diabetes tipo 2 ya que sustancias como la nicotina afectan la composición corporal, la sensibilidad a la insulina y tienen efectos tóxicos en las células del páncreas que producen insulina. Un estudio realizado por 17 años demostró que el riesgo de diabetes se reducía después de 5 años de dejar de fumar y se normalizaba luego de 20 años de haber dejado de fumar [14], [15].
Consumir alcohol de forma moderada.
Una revisión de 32 estudios encontró que el consumo moderado de alcohol (1 a 3 copas por día) se relaciona con una incidencia de diabetes 33 a 56 % menor que el de las personas que no consumen alcohol. Pero aquellos que consumían más de tres copas por día tenían 46% más probabilidad de tener diabetes tipo 2. Por su parte otro estudio concluyó que las personas que beben 8 bebidas alcohólicas por semana tienen un 10% más riesgo de sufrir diabetes. Esto se debe a que un alto consumo de alcohol disminuye la capacidad de producir insulina y promueve la resistencia a esta [16], [17], [18].
Dormir lo suficiente.
El sueño regula el uso del azúcar como fuente de energía en el organismo al intervenir en el equilibrio y los niveles hormonales. La pérdida de sueño y los trastornos del sueño activan el sistema nervioso simpático, producen una liberación de hormonas del estrés y promueven la inflamación. En consecuencia, se pueden elevar los niveles de azúcar en la sangre al disminuir la capacidad del cuerpo para eliminar el azúcar y comprometer el funcionamiento de las células productoras de insulina. Además, se altera la sensibilidad a la insulina y de otra hormona, la leptina, afectando la regulación del apetito, lo que puede llevar a aumentar de peso [19], [20].
Algunos estudios han demostrado que no sólo la carencia de sueño (6 horas o menos), sino también una larga duración del sueño (8 horas o más) generan un mayor riesgo de diabetes tipo 2 debido a que se producen proteínas inflamatorias que tienen efectos nocivos tanto en el equilibrio del azúcar como en la función de las células productoras de insulina [21], [22].
Reducir el estrés.
Las situaciones estresantes producen niveles altos de la hormona del estrés (cortisol) y niveles bajos de hormonas sexuales (andrógenos y estrógenos), impidiendo las funciones de la insulina. Simultáneamente, aumenta la grasa visceral la cual promueve la resistencia a la insulina y aumenta el riesgo de diabetes.
En nuestro artículo ¿Cómo manejar el estrés? te contamos varias claves que puedes tener en cuenta para reducir los niveles de estrés.
Controlar la ansiedad y la depresión.
El manejo de la diabetes puede generar estrés y provocar a largo plazo trastornos psicológicos como la depresión y la ansiedad. Las personas diabéticas que tratan la ansiedad y depresión experimentan niveles de azúcar en la sangre más equilibrados y reducen en un tercio la progresión de complicaciones en la diabetes. Un seguimiento terapéutico, junto con ejercicios de meditación “mindfulness” pueden ayudarte a manejar la ansiedad y la depresión [23], [24].
Hacer yoga
Según un estudio realizado en 60 pacientes, aquellos que practicaron posturas de yoga regularmente durante seis meses tuvieron menores niveles de azúcar en la sangre. Esto puede ocurrir debido a que las posturas de yoga disminuyen la resistencia a la insulina de las células receptoras. También se ha propuesto que el yoga puede rejuvenecer las células productoras de insulina del páncreas [25].
Mantenerse hidratado
La hidratación es fundamental para mantener en equilibrio el azúcar en la sangre al contribuir con el buen funcionamiento de las células del hígado encargadas de metabolizar el azúcar, es decir, de almacenarla y liberarla a la sangre [26].
Diversos estudios han demostrado que el alto consumo de agua puede mejorar el control del azúcar y promover la pérdida de peso. No tomar suficiente líquido puede elevar el azúcar en la sangre y provocar que la persona orine más, causando deshidratación y retención de líquidos [27], [28].
Además de estos cambios en tu vida, también existen varios remedios naturales que puedes probar para prevenir la diabetes o para disminuir sus síntomas. Búscalos en nuestro descargable: Remedios naturales para la diabetes
Bibliografía.
[1]. https://sci-hub.se/https://doi.org/10.1016/S0140-6736(13)60591-7
[2]. https://sci-hub.se/10.1177/153537020122600103
[3]. https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/2047487319878371
[5]. https://sci-hub.se/https://doi.org/10.1111/jan.13482
[6]. https://sci-hub.se/https://doi.org/10.1038/s41581-020-0278-5
[7]. https://academic.oup.com/edrv/article/39/5/629/5060447?login=false
[8]. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1370926/
[9]. https://sci-hub.se/https://doi.org/10.1007/s11745-003-1038-4
[10]. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3579339/
[11]. https://sci-hub.se/10.1038/nature13793
[12].https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3704564/
[14]. https://sci-hub.se/https://doi.org/10.1016/j.trsl.2017.02.004
[16]. https://sci-hub.se/10.7326/0003-4819-140-6-200403160-00011
[17]. https://sci-hub.se/10.2337/diacare.23.1.18
[18]. https://sci-hub.se/10.1007/s11892-017-0950-8
[19]. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0168822710003888
[20]. https://journals.physiology.org/doi/full/10.1152/japplphysiol.00660.2005
[21]. https://sci-hub.se/https://doi.org/10.1016/j.sleep.2008.09.016
[22]. https://sci-hub.se/https://doi.org/10.1196/annals.1417.033
[23]. https://sci-hub.se/https://doi.org/10.1016/S0022-3999(02)00417-8
[24]. https://sci-hub.se/https://doi.org/10.1002/jclp.1041
[25]. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4437062/
[26]. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1216967/pdf/8611144.pdf
[27]. https://www.karger.com/Article/FullText/488304#ref41
[28]. https://link.springer.com/article/10.1007/s00394-021-02575-3
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