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El tejido óseo de nuestros huesos tiene la capacidad de regenerarse continuamente. En la juventud, nuestro cuerpo reabsorbe el tejido viejo y lo reemplaza por tejido nuevo, producido a partir de proteínas, calcio y otros minerales. Sin embargo, cuando se absorbe más tejido óseo de lo que se regenera, con la edad nuestros huesos se vuelven frágiles y pueden romperse fácilmente y causar una fractura. Esto se conoce como osteoporosis.
Hasta los 35 años la densidad de los huesos aumenta, y luego empieza a disminuir con la edad. En las mujeres disminuye entre 0.5 a 1% cada año, y después de la menopausia hasta de 3% a 7% al año.
Además de los factores genéticos, existen otras condiciones que aumentan la probabilidad de desarrollar osteoporosis como el género, edad, raza y estilo de vida. Estos pueden estar o no dentro de tu control. ¡Te contamos los más importantes!
La formación de nuevo tejido óseo y su reabsorción es un proceso regulado por dos hormonas clave: el estrógeno y la progesterona. Cuando los niveles de estas hormonas disminuyen, como en la menopausia, las células responsables por la reabsorción de tejidos (osteoblastos), viven más tiempo y por lo tanto, trabajan más. Esto último hace que se pierda el balance y que no se alcance a producir nuevo tejido para reemplazar el reabsorbido.
En los hombres, los niveles bajos de testosterona y estradiol también se relacionan con una mayor posibilidad de incidencia de osteoporosis.
Adicionalmente, niveles altos de hormona tiroidea (hipertiroidismo) también pueden causar osteoporosis.
La osteoporosis también está relacionada con la incidencia de otras enfermedades como:
Afortunadamente, hay algunos factores que se relacionan con tu estilo de vida y pueden prevenir la osteoporosis:
Como la pérdida de densidad ósea es gradual, la osteoporosis no presenta síntomas tempranos.
Si has sufrido una fractura por un esfuerzo mínimo o has notado una disminución en tu estatura, es recomendable que hables con el médico sobre la osteoporosis. Si ya has sido diagnosticado, el tratamiento normalmente conlleva la administración de calcio, vitamina D, fármacos y terapias hormonales.
Aquí te damos tres consejos prácticos que puedes empezar a practicar hoy mismo para prevenir y tratar la osteoporosis.
Los huesos no se regeneran si no son utilizados, por lo cual es necesario hacer ejercicio frecuentemente. Unos músculos más fuertes también generan huesos fuertes por lo que se recomienda caminar o subir y bajar escaleras y realizar actividades que requieran transportar peso (como una mochila liviana, bolsas de la compra, etc).
Otros ejercicios recomendados:
Debes evitar las actividades que involucren saltos, inclinarse hacia adelante o torcer demasiado la columna vertebral.
Si experimentas dolor o molestia, puede ser que debas elegir otro tipo de ejercicio. Apóyate en tu médico o fisioterapeuta para decidir la rutina más apropiada.
En la calle (y también dentro de nuestras propias casas) hay “trampas” que pueden propiciar una caída y fácilmente generar una fractura. Cuidarte a ti mismo es lo más importante.
Si no te sientes seguro de hacer algún movimiento ¡Pide ayuda, no hay pena que valga una cadera rota!
La aplicación tópica de aceites esenciales de romero y tomillo en las áreas afectadas, así como a través del consumo, fortalece los huesos y ayuda a aliviar el dolor generado por la osteoporosis.
Además de esto, es muy importante que tengas una dieta apropiada para prevenir y tratar la osteoporosis.
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